domingo, 4 de marzo de 2012

Calurosa noche

...Y me disponía a dormir, más el calor en el ambiente me lo impide. Hace tanto calor que las sábanas fastidian, es más, hasta la ropa estorba.
Me desnudo, pero noto mis testiculos tan colgados que no puedo evitar acariciarlos....mmm increíble sensación.
Mi mano recorre lentamente mis genitales. El roce de mis manos contra mis muslos me produce un cosquilleo delicioso, más aún al contacto con los vellos de la zona, que se vuelven más espesos al llegar a la base de mi pene.
Aún él está quieto, pero ya empieza a hincharse, a ponerse morcillon...se levanta. Recorro la longitud de mi verga con uno de mis dedos y procedo a jalar el prepucio que cubre el glande....
Mmmm que deliciosa sensación, es por ello que siempre seré pajero.
Mi glande luce hinchado, palpitante, una pequeña gota de preseminal asoma por el agujerillo y cae pesadamente dejando un hilo cristalino. Contraigo los musculos peneales y una nueva porción de líquido brota. Recojo una parte y me fricciono una tetilla con mi propio preseminal. Se siente bien, estoy muy excitado y la erección de mis tetillas lo confirma.
El resto de preseminal que brota producto de mi excitación lo fricciono contra el glande, humedeciéndolo.
Me unto un poco de saliva en un dedo y recorro con él todo mi glande, friccionando contra su superficie y sobre el frenillo...brota más preseminal.
Mi mano derecha recorre mi verga, la rodea y comienza a bombearla suavemente, produciendo la fricción un sonido, un chasquido húmedo que inunda mi habitación.
Me parece que han pasado unos pocos minutos pero caigo en cuenta que realmente han pasado muchos y esto debe acabar porque mi calentura no me permite aguantar más...
Sujeto con mi mano firmemente mi verga tomándola de la base, la aprieto ligeramente y esto hace que las venas se broten aún más. Mi glande parece explotar y procedo a friccionar con mucho vigor su superficie con mis dedos lubricados.
Ohhhhh  mierdaaaaa!!. Varios chorros de tibio semen salen disparados salpicando mi pecho y no puedo hacer nada por detener esta maravillosa sensación.
Heme aquí desnudo, bañado en mi propio néctar masculino, sudoroso... pero esbozo una sonrisa, una mueca complice cuando me veo reflejado en el espejo de la pared....Sííí Fernando, eres un pajero!.

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